Marruecos II. Las Mil y Una Noches en Jemaa el Fna

Con las pilas ya cargadas, nos sumergimos de nuevo en las callejuelas de La Medina. Les tocaba el turno a las Tumbas Saadíes y la Mezquita Koutoubia. Y con las mismas prisas que la Cenicienta, había que ver todo antes del atardecer, pues las azoteas de los cafés que rodean la plaza de Jemaa el Fna se abarrotan para ver la puesta de sol y queríamos coger un buen sitio.

TUMBAS SAADÍES

Caminamos hasta llegar a las inmediaciones de las Tumbas Saadíes y, tras declinar la oferta de varios vendedores a comprar sus productos (de esto encontraréis bastante, pero no hay mayor problema que decir ‘no’ si no os interesa) pagamos 10 Dhs (90 céntimos) y entramos al reciento.

Tras cruzar el jardín repleto de tumbas revestidas con mosaicos, llegamos al edificio más importante: el mausoleo principal. Este consta de varias habitaciones, pero la más famosa es la de las doce columnas, en la que están enterrados los hijos del sultán.

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MEZQUITA KOUTOUBIA

Aunque la paz y el frescor de las tumbas invitaba a quedarse un ratito más, la Mezquita Koutoubia nos esperaba. Caminando 15 minutos en dirección norte a lo largo de la calle Oqba Ben Nafaa, ya vemos su minarete tan característico y que sirve de referencia cuando te mueves por La Medina.

¿Sabías que su arquitectura ha sido modelo para La Giralda de Sevilla o la Torre Hasan de Rabat?

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PLAZA JEMMA EL FNA

Y por fin llegó el momento, a la Plaza Jemma el Fna le tocaba su turno y estábamos ansiosos por recorrerla entera. Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial, esta plaza es un espectáculo en sí cuando el sol deja de calentar.

Decenas de personas montan sus puestos, los turistas se mezclan con músicos, limpiadores de zapatos, tatuadores de henna, bailarines con una alta capacidad de coordinación, vendedores de aceite de Argán o de huevos, encantadores de serpientes, adiestradores de monos…en su conjunto, una plaza que despierta todos tus sentidos y en la que crees estar en un cuento de las ‘Mil y Una Noches’.

Después de dar un paseo por la plaza y el zoco, elegimos una de las muchas terrazas de azotea para admirar la puesta de sol. Los tejados de las casas con sus antenas parabólicas, el bullicio de la plaza, la mezquita, el rezo…hay que estar allí para sentirlo.

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SEGURIDAD EN LA PLAZA JEMMA EL FNA

Muchos se preguntan si esta plaza es peligrosa. La respuesta es: no. Los comerciantes saben que eres turista, cámara en mano miras todo con ojos como platos…así que se acercan y te ofrecen sus productos, puede resultar pesado cuando ocurre puesto tras puesto, pero es cuestión de ser paciente y mentalizarse de donde estás, decir que ‘no’ y seguir andando, nada más.

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El ambiente de la plaza era estupendo, así que decidimos cenar allí. El cansancio era máximo, el vuelo, las largas caminatas y el calor, estaban haciendo mella, así que decidimos volver a casa en un ‘taxi’ muy original, al más puro estilo sevillano, y a descansar. Sólo quedaban unas horas para la gran aventura del viaje, el desierto, y había que cargar las pilas.

Esperamos que este post sea de gran ayuda para futuros viajeros. Si tienes cualquier duda u opinión, no dudes en escribirnos un comentario o correo, y recuerda que puedes seguirnos la pista a través de Facebook aquí, o el resto de RRSS que aparecen en los banners. ¡Gracias por leer y hasta la próxima!

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