Si viajar ya es mágico de por sí, aventurarse en un safari por África es maravilloso. Entrar en las llanuras donde viven los animales más salvajes y poder avistar en directo como es su vida en plena naturaleza es una experiencia fascinante. Para poder disfrutar de ello al máximo, es importante que preparemos muy bien nuestro safari con antelación para que, en su momento, solo debamos disfrutar de esta experiencia memorable, sin pensar en nada más.
ELEGIR EL DESTINO DE SAFARI ADECUADO
En los más de 30 millones de kilómetros cuadrados que mide el territorio africano, es de esperar que existan hábitats completamente distintos dependiendo de la zona a la que nos acerquemos. Así, a la hora de elegir el destino de nuestro safari, deberemos tener en cuenta el tipo de fauna que queremos avistar, la época del año en la que viajaremos, el número de días de los que dispondremos, así como nuestro presupuesto económico.
Por ejemplo, en Kenia podremos avistar leones, leopardos, elefantes, jirafas, rinocerontes… y recomendamos ir entre mayo y octubre, aunque en el último mes Masái Mara concentra un grandísimo número de animales. En Tanzania veremos ñus, monos colobos y búfalos, además de elefantes y jirafas, aunque en este caso recomendamos ir en octubre o noviembre. Las llanuras del Serengueti, en cambio, son el hogar de miles de leones y leopardos, además de guepardos y hienas, y en este caso, recomendamos ir entre noviembre y agosto.
Masai Mara
INVESTIGAR LA FAUNA Y LOS HÁBITATS
La investigación previa a la realización de una nueva actividad es esencial para que podamos disfrutar al máximo de la experiencia; ya sea para entender jackpot que significa antes de acceder a una partida, para comprender qué es una maratón antes de adentrarnos en el mundo del atletismo, o como en este caso, para emprender una aventura memorable por África.
Investigar de antemano la fauna africana y sus hábitats nos dará la clave para descubrir aquello que realmente queremos ver; conociendo a fondo los big five (el león, el elefante africano, el guepardo, el rinoceronte y el búfalo cafre) y las otras especies que conviven con ellos nos permitirá disfrutar más de la experiencia, porque comprenderemos qué están haciendo, cuáles son sus costumbres, como se relacionan entre sí y su ecosistema. De esta forma, dejaremos de ser meros espectadores a visitantes que conectan lo aprendido en la teoría con la realidad que les muestra la vista, algo realmente mágico y enriquecedor.
ELEGIR LA MEJOR ÉPOCA PARA IR
Tal como veníamos comentando, es importante que nos informemos de aquello que vamos a hacer, para así poder tomar decisiones con conocimiento. Esto aplica también al momento del año para hacer el safari o el destino a elegir, pues existen múltiples factores que van a afectar en el resultado de la experiencia.
Dos veces al año, muchísimos animales salvajes emprenden lo que conocemos como las grandes migraciones, en las que se trasladan en manada miles de kilómetros en busca de comida y seguridad para sus crías.
Claro está, pues, que, si queremos avistar animales salvajes en nuestro safari, deberemos planificar las fechas y el destino de este mágico viaje teniendo en consideración la temperatura, si es estación seca o húmeda y la ubicación de toda la fauna para que avistarla en su hábitat natural no resulte en fracaso.
OPCIONES DE ALOJAMIENTO
En lo que respecta al tipo de alojamiento, las opciones son miles y habrá que informarnos de ello también, para que el viaje nos brinde la experiencia que estábamos buscando.
En lo que se conoce como adventure camping, por ejemplo, los visitantes participan en todas las actividades del día a día: montar y desmontar las tiendas, preparar la comida, cargar los coches… aunque existe también la opción de acampar con asistencia.
Otro tipo de safari, por ejemplo, son los conocidos como mobile safaris, en los que vas viajando en coche de un alojamiento a otro, pudiendo elegir si queremos campamentos, o estancias de 2, 3 o 4 estrellas de confort, y con el viaje, vamos pasando por los diferentes hábitats, avistando toda la fauna salvaje que habita en ellos.
El tercer y último tipo son los conocidos como safari lodge, en los que el tipo de alojamiento es mucho más confortable y lujoso, pero generalmente se encuentra fuera de los parques nacionales y reservas. Así, dependiendo de nuestro presupuesto, la ubicación y nuestras preferencias, podremos elegir entre todas estas opciones y sus variantes para nuestro gran viaje.
EQUIPAJE BÁSICO
Algo que también llevará su tiempo de preparación será nuestra maleta de viaje, nuestra gran aliada para llevar todos los imprescindibles. Para ir de safari, nuestra recomendación es que elaboremos una lista con todo aquello que vamos a necesitar, para asegurarnos que no nos falta nada, pero que tampoco cargamos con exceso pues en los jeeps no hay mucho espacio para equipaje.
Así, deberemos incluir nuestra documentación, ropa ligera y práctica, una gorra y gafas de sol, calzado cómodo y chanclas, un impermeable por si acaso, y un neceser con los básicos de higiene, además de crema solar y repelente de insectos. Dependiendo del tipo de alojamiento elegido, necesitaremos también saco de dormir y toalla. Por supuesto, si somos aficionados a la fotografía y disponemos de un equipo fotográfico, podemos añadirlo también en nuestro equipaje para inmortalizar los preciosos paisajes y animales que veremos durante el safari.
CONCLUSIÓN
Sin duda, embarcarse en un safari africano es una aventura que requiere de cierta preparación previa, pero que le dará un valor incalculable al viaje. Para disfrutar al máximo de la experiencia, pues, recomendamos planificarlo con tiempo, conocer los animales antes de ir y, si podemos, conectar con guías locales que nos acompañarán y guiarán por el territorio para que podamos vivirlo de forma auténtica, pero segura, y siempre respetando las comunidades y entorno locales.
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