Aunque la mayoría de atractivos turísticos, tiendas y restaurantes se concentran en la parte europea de Estambul, la orilla asiática también cuenta con ciertos encantos y son muchos, de hecho, los lugareños que prefieren vivir en el otro continente, Anatolia. Por nuestra parte, queríamos ver de cerca la torre Kulesi y desde allí zarpar al blanco Palacio Dolmabahçe.
Para llegar a la orilla asiática desde Eminönü, lo mejor es ir a Üsküdar, el barrio asiático más cercano a la orilla europea. Nosotros cogimos un ferry público que hacía la línea Eminönü-Üsküdar, tardamos alrededor de 15 minutos en llegar al muelle y desde allí, girando a mano derecha según sales, emprendimos camino al barrio Salacak, al que llegamos en aproximadamente 15 minutos y a paso más bien lento.
Tras el corto pero sofocante paseo, llegamos a la altura de Kiz Kulesi, en español “Torre de la Doncella” aunque también es conocida como la Torre de Leandro. Se encuentra justo frente al barrio de Salacak, en Üsküdar, a unos 200 metros de la orilla, lo que obliga a coger un barco para visitarla de primera mano.
En la parte superior cuenta con una terraza, por lo que vimos con la cámara, pues nosotros decidimos contemplarla desde lo lejos. Sí que vimos el precio del barco al pasar por las taquillas, y era de 1.8 liras (1.0€ aprox.). La torre se ha utilizado como faro, como casa de retiro y hasta a modo de cuartel. Su posición en el medio del estrecho la hace especial, parece presidir y controlar Estambul, frente al Palacio Topkapi y la unión del Cuerno de Oro y el Bósforo.
El calor mezclado con la altísima humedad comenzaba a ser surrealista, la ropa estaba totalmente empapada y nuestro cuerpo pedía a gritos un refresco, así que fuimos a la terraza de un bar al que ya habíamos echado el ojo antes del viaje (hablaremos de él próximamente). Una parte de la terraza esta descubierta y con asientos de alfombras (aguantamos aquí literalmente un minuto) y otra parte de la terraza dispone de mesas y sillas con sombrillas (aquí sí que se podía aguantar hasta el infinito y más allá), justo frente a Kiz Kulesi y el Palacio Topkapi. Simplemente, perfecto.
Una vez conseguimos que la temperatura de nuestro cuerpo volviera a la normalidad, deshicimos el camino hasta el muelle Üsküdar para tomar un barco que nos llevaría a nuestro siguiente destino: el Palacio Dolmabahçe. El muelle más cercano a este es Kabatas, así que cogimos un barco que hacía la línea Üsküdar-Kabatas y en menos de 10 minutos habíamos llegado. Pero otras opciones son: autobus (líneas 25E y 40) o tranvía (línea T1, parada Kabatas).
Como ya explicamos en este post, los monarcas otomanos vivían en el Palacio Topkapi hasta que se trasladaron al Palacio Dolmabahçe (la verdad, algo más a desmano de la ciudad, pero con una situación privilegiada en primera línea del Bósforo). Destaca ante cualquier edificio colindante por sus dimensiones, es de hecho el edificio más grande de todo Turquía, dado que tiene un estilo un tanto europeo no muy común en el país. Abre todos los días, excepto los lunes y jueves, de 9:00 a 18:00 horas (hasta las 16:00h de oct-feb) y el precio de la entrada es de 20 liras para el Harén, 30 liras para el Selamlik, o 40 liras por la entrada conjunta.
Lo primero que destaca cuando accedemos es la Torre del Reloj de cuatro pisos, los jardines principales del palacio, los estanques y por su puesto, una de las puertas principales del palacio. A modo de curiosidad, todos los relojes del palacio están parados en el tiempo: a las 9:05.
Las cifras en este palacio son desmesuradas se hable de lo que se hable: en cuestión de lámparas, la mayor araña de cristal de Bohemia con 750 lámparas y un peso de más de 4 toneladas, se encuentra aquí, en cuestión de candelabros, la mayor colección de candelabros de cristal de Bohemia, se encuentra aquí, o en cuestión de dependencias, tiene casi 300 habitaciones.
El interior está dividido en tres partes: el Harén, el Selamlik (habitaciones para hombres) y la Muayede (salas para ceremonias y donde se encuentra la araña de cristal). Sus interiores no se pueden fotografiar, nosotros conseguimos solo unas pocas en la entrada. Las visitas al interior son guiadas y sólo en inglés o en turco, lo que consideramos una gran desventaja pues tienes que adecuarte a turnos y perder más tiempo. El número de visitantes por día está limitado a 3000, así que recomendamos visitar el palacio a primera hora si cabe la posibilidad.
Nos despedimos, hasta la próxima publicación, desde una de las partes que más nos gustó del palacio: la fachada sur, con sus privilegiadas vistas al Bósforo y esa puerta blanca que emana historia.
Esperamos que este post sea de gran ayuda para futuros viajeros. Si tienes cualquier duda u opinión, no dudes en escribirnos un comentario o correo, y recuerda que puedes seguirnos la pista a través de Facebook aquí, o el resto de RRSS que aparecen en los banners. ¡Gracias por leer y hasta la próxima!
Photos by Wander on World
Muchísimas gracias por vuestros post, no os imagináis cuánto me están ayudando a planificar mi viaje!!! 🙂
Hola Mériem! ¡Muchas de nada! Para nosotros escribir estos posts es placer, y recibir comentarios como los tuyos, ¡lo es aún más! Cualquier duda, por aquí estamos. ¡Disfruta de Estambul y saludos!