Estambul V. Cuerno de Oro vs. Bósforo

Anochecer sobre la ciudad. Crucero Cuerno de Oro. Estambul 2014.
Anochecer sobre la ciudad. Crucero Cuerno de Oro. Estambul 2014.

Toda estancia en Estambul ha de completarse con un crucero, la percepción de la ciudad cambia desde babor, los barrios parecen más tranquilos, las mezquitas y los palacios se ven más señoriales y la vista no da para abarcar las líneas infinitas, llamadas puentes, que unen ambos mundos, Europa y Asia.

El Cuerno de Oro nada tiene que ver con el Bósforo y ambos cruceros son imprescindibles. Para nuestro gusto, el Bósforo es más completo pero por ende, de mayor duración. Así que queda en tu elección hacer uno u otro en caso de falta de tiempo, pero escojas el que escojas, no te vas a arrepentir.

CRUCERO POR EL “BÓSFORO”

Los cruceros por el Bósforo salen desde el muelle Bogaz, en Eminönü (verás un cartel bastante grande que cita “Bosphorus cruises pier”, ver primera foto), desde aquí zarpan los ferries públicos que cruzan todo el estrecho zigzagueando de la orilla asiática a la europea y parando en cada muelle para la bajada/subida de pasajeros. A parte, también hay muchos ferries de empresas privadas que zarpan constantemente del mismo muelle y recorren ambas orillas sin paradas y con barcos más pequeños, lo que les permite acercarse más a la orilla. En nuestro caso, escogimos un ferry privado que promocionaba el crucero, justo al lado del muelle sin entrar en las taquillas, por 10 liras i/v y una duración total de 90 minutos.

Una vez el barco se hubo llenado (en cuestión de minutos) arrancaron los motores y comenzamos el crucero por la orilla europea. Despedimos a la Torre de Gálata y vimos edificios de primera línea como el Palacio Dolmabahçe, el hotel Four Seasons o la Mezquita Ortakoy, pasamos por debajo del famoso Puente del Bósforo y llegamos hasta la fortaleza de Rumeli.

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Palacio Dolmabahçe.

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Mezquita Ortakoy y Puente del Bósforo.

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Puente del Bósforo.

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Fortaleza de Rumeli.

Una vez hubimos pasado la fortaleza de Rumeli, el barco cruzó el Bósforo hasta colocarse en paralelo a la orilla asiática y deshacer el camino hasta el muelle de partida, mientras a lo lejos se divisaba el puente Fatih Sultan Mehmet. A lo largo de esta orilla pudimos ver edificios como el Küçüksu Palace, la Escuela Militar de Kuleli, que fue la primera escuela militar de Turquía utilizada hoy como parte de la Universidad Politécnica de Estambul (la diferenciarás por sus dos torres puntiagudas), la Mezquita de Beylerbeyi y el Palacio de Beylerbeyi, que significa “el señor de los señores” y su exterior nos impresionó tanto o más que el Palacio Dolmabahçe.

Por último, y para cerrar el crucero con un buen broche, vimos la Torre de Leandro, más conocida como Kiz Kulesi, construida encima de una zona rocosa en medio del mar y salida de un cuento de princesas.

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Küçüksu Palace, orilla asiática.

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Escuela Militar de Kulusi. Hoy parte de la UPE.

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Mezquita de Beylerbeyi, orilla asiática.

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Palacio de Beylerbeyi.

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Torre de Leandro, conocida como Kiz Kulesi.

CRUCERO POR EL “CUERNO DE ORO”

Los ferries para el Cuerno de Oro proceden de Üskudar (orilla asiática) y paran en el muelle Haliç (Haliç Iskelesi, ver primera foto) para recoger a los pasajeros en la parte europea. El muelle está algo escondido, has de pasar un aparcamiento de coches y autobuses y buscar una joyería, y lo verás justo de frente. Los ferries salen cada hora de 10:45 a 19:45 y llegan hasta Eyup haciendo varias paradas intermedias. El trayecto es de 35 minutos y el precio de 2 liras (1.75 con Istanbulkart). El último ferry que vuelve a Eminönü desde Eyup sale a las 19:45, así que si quieres ver el atardecer durante el crucero, como fue nuestro caso, tendrás que volver en autobús (hay una parada de buses justo frente al muelle).

Una vez partimos del muelle Haliç, el ferry pasó por debajo del Puente Atatürk y en ese momento los colores del cielo no podían ser más surrealistas, parecía un cuadro pintado al óleo. Fuimos dejando atrás los minaretes de múltiples mezquitas de Sultanahmet y viendo como se acercaban otros a lo lejos.

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Poco a poco el sol iba cayendo más y más, hasta que se escondió por completo y entonces el cielo que antes mostraba toda la paleta de naranjas, ahora había tornado a azules.

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Y con la última imagen, una luna brillante, un cielo azul añil, las aguas tranquilas y pequeñas luces en las calles reflejándose en el Cuerno de Oro, dijimos buenas noches a Estambul…

Esperamos que este post sea de gran ayuda para futuros viajeros. Si tienes cualquier duda u opinión, no dudes en escribirnos un comentario o correo, y recuerda que puedes seguirnos la pista a través de Facebook aquí, o el resto de RRSS que aparecen en los banners. ¡Gracias por leer y hasta la próxima!

Photos by Wander on World




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