Hay lugares que se impregnan en la retina y consiguen que cada vez que visualizas la ciudad en la que se encuentran, ese lugar aparezca en primer plano. Esto sucede con el Kremlin y su malecón a lo largo del río Moscova.
El Kremlin de Moscú se ha convertido en símbolo del Gobierno Ruso, en él han ocurrido hechos históricos y por él han pasado personajes como Iván el Terrible, Napoleón, Lenin o Stalin. Desde sus inicios, ha sufrido una gran transformación hasta ver los más de dos kilómetros de murallas rojas y las 19 torres que luce hoy en día. Su interior alberga el Gran Palacio del Kremlin, tres catedrales, dos iglesias, un campanario, la Armería, cuatro palacios, el Arsenal y dos monumentos (el Cañon del Zar y la Campana del Zar). Es decir, que puedes estar un día entero del viaje aquí dentro.
Lo primero de todo es decidir si quieres la entrada sencilla, que incluye la Plaza de las Catedrales, donde verás las catedrales, iglesias, palacios y los dos monumentos, o la entrada combinada, que incluye lo anterior más la Armería y el Fondo de Diamantes. Una vez decidas qué vas a visitar, tienes que dirigirte a las oficinas que hay en el Jardín Alexandrovsky para adquirir los tickets. La entrada al recinto se realiza por la torre Kutafya, donde se encuentran las consignas para dejar los bultos grandes (podrás entrar con bolso o mochila pequeña, al menos a nosotros no nos pusieron inconveniente).
Dato: las antiguas ciudades rusas no estaban protegidas por murallas, solo el núcleo central, donde se encontraban la Catedral, el Palacio u otros edificios importantes, era amurallado, y a esa ciudadela se le llama Kremlin. Es por eso que el de Moscú no es el único y podrás ver este lugar en otros pueblos y ciudades de Rusia, como el Kremlin de Suzdal, del que hablaremos en próximos posts.
Ver los edificios de la Plaza de las Catedrales lleva un tiempo si entras en alguna de sus iglesias. El añadido de la Armería y el Fondo de Diamantes, con sus correspondientes colas, puede suponer un día entero, por lo que si no cuentas con suficiente tiempo, una buena idea es comprar la entrada sencilla.
Flanqueando el Kremlin por el oeste, se encuentra el Jardín Alexandrovsky, el primer parque público de Moscú y uno de los lugares preferidos por los moscovitas y turistas para dar un paseo o sentarse tranquilamente en el césped. Nuestro momento preferido por estos parques que cruzamos varias veces durante el viaje, fue un día que comenzó a llover y quedaron totalmente vacíos.
A escasos metros del Kremlin y si bordeas la manzana, darás con la Biblioteca Estatal Rusa, también conocida como Biblioteca de Lenin. Su interior alberga unos 40 millones de volúmenes, que empezaron hace años a digitalizarse, lo que la convierte en la biblioteca más grande del país y una de las más grandes del mundo. El edificio es el claro ejemplo de la mezcla entre el neoclasicismo y la grandiosidad de los edificios soviéticos. Aunque Dani por momentos se sintió un personaje en la película de ‘Pájaros’, nos pareció un lugar súper chulo ;).
Nos desplazamos un poco de la zona y nos movemos hasta Taganka, un barrio al sureste del anillo, para visitar un lugar que nos llamaba mucho la atención. No especialmente popular, se trata del Bunker 42, uno de los secretos más guardados de las instalaciones militares de la URSS, un complejo concebido para servir de refugio en caso de ataque nuclear, de 7000 m² y a 65 metros de profundidad, preparado para la supervivencia de 3000 personas durante 90 días. En la actualidad, el lugar se ha privatizado y convertido en un Museo de la Guerra Fría, se puede ver un vídeo de la misma de unos 20 minutos, una maqueta a escala de los cuatro bloques que comprende la instalación, pasear por sus largos túneles y hasta realizar una simulación del lanzamiento de una bomba nuclear (comentarios a parte). Sin duda, un lugar muy curioso e interesante que sin embargo no merece el excesivo precio que tuvimos que pagar, 1800 rublos (33€) por persona.
Para llegar hasta aquí, el medio más rápido es el metro hasta la parada Taganskaya (línea 7-morada o línea 5-circular) o bien la parada Marxistskaya (línea 8-amararilla). Pero otra alternativa muy chula es dar un paseo desde la Catedral de San Basilio hasta allí por todo el paseo del río Moscova. Son unos 2.5kms y te llevará unos 30 minutos. Puedes ver la ruta a pie aquí.
Muy cerca del Bunker 42, verás la Iglesia-puerta de Taganka de San Nicolás, destacando con sus cúpulas negras. Es curioso que tras ver la Catedral de San Basilio parece que ya ninguna otra Iglesia Ortodoxa merece una visita, pero si aisláramos cualquiera de ellas y la pusiéramos en otra ciudad, puede que se convirtiera en uno de los lugares más visitados.
Volviendo a los alrededores del Kremlin y dando un paseo por el río Moscova hacia el sur, es fácil encontrarse con la Estatua de Pedro El Grande. Se trata de la figura del zar, dirigiendo un timón sobre un barco de vela que se eleva sobra varias naves a las que supuestamente ha derrotado. La estatua ha llegado a formar parte de la lista de ‘estatuas más feas del mundo’, y aunque a nosotros no nos pareció tan exagerado, si bien es cierto que no empasta nada con el conjunto que lo rodea.
Curiosidad: a parte de su cuestionada belleza, esta escultura ha sido, como poco, controvertida. Resulta que su creador, el escultor y arquitecto Tsereteli, siente especial interés por Cristóbal Colón, y son ya varias las esculturas que ha realizado e intentado regalar a diferentes países, siendo estas en su mayoría rechazadas por ser excesivamente grandes o bizarras. Pues bien, en su día fue muy comentado que esta estatua era inicialmente una escultura dedicada a Cristóbal Colón y destinada a la Expo ’92 de Sevilla. Dado que fue declinada por la ciudad, tuvo que aprovechar el material y hacer la que hoy en día se luce en Moscú. Los moscovitas no están muy contentos con ella y han llegado incluso a recaudar firmas para su traslado a otro lugar, sin mucho éxito.
Tras dar un paseo por la zona y tomar un chocolate caliente mientras esperábamos a que iluminaran las calles, llegó el momento de visitar uno de los lugares más populares de la ciudad junto con la Plaza Roja: la Catedral de Cristo Salvador, una de las Iglesias Ortodoxas más grandes del mundo. Habíamos visto alguna fotografía pero claramente nos impresionó más en persona. Sus paredes blancas, cúpulas doradas y localización a las puertas del Puente Patriarshy, a orillas del río Moscova, la hacen perfecta. Al visitarla de noche, ya había cerrado sus puertas, pero la entrada es gratuita y debe ser posible acceder a un mirador desde el que se obtienen buenas vistas. Justo tras ella, se localiza la parada de metro Kropotkinskaya (línea 1-roja).
Como ya empezaréis a notar, Stalin no quería saber nada de la religión y fiel a su ateísmo, se cargó todas las iglesias que pudo. La Catedral de Cristo Salvador no fue una excepción, así que ordenó su demolición y colocar una enorme escultura de Lenin (que ni siquiera se llegó a hacer). Tras la caída definitiva de la URSS, el nuevo gobierno dio luz verde a la Iglesia Ortodoxa para volver a construir lo que nunca debió dinamitarse y hoy luce una réplica benjamina, pues fue en el reciente 2000 cuando reabrió sus puertas.
Muy cercano a la Plaza Roja, se encuentra el Teatro Bolshoi, uno de los símbolos de la grandeza del Imperio Ruso y donde se representó por primera vez el Lago de los Cisnes, una de las obras más aclamadas en la actualidad pero que aquella vez no tuvo ningún éxito. Nosotros teníamos especial interés en asistir a una obra en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, así que este lo visitamos únicamente por fuera y el edificio ya promete.
Si deseas asistir a una obra de ballet u ópera, lo mejor es que adquieras las entradas con antelación y desde su página oficial aquí, de otro modo es posible que en taquilla no sepan inglés o tengas que pagar el doble por comprar la entrada el mismo día. La parada de metro más cercana es Teatralnaya (línea 2-verde).
Hoy hemos mostrado un recorrido por el anillo que rodea a la Plaza Roja, partiendo del Kremlin y bordeando parte del río Moscova, hasta llegar al barrio de Taganka. Aunque hemos ido nombrando muchos puntos y puede que ahora mismo no los tengas localizados, en el post de Guía Rápida de Moscú incluiremos el mapa completo con todos los lugares visitados.
Y con esto, cerramos otro capítulo en la serie de Moscú. Como ves, la Plaza Roja no lo es todo, ¡la capital rusa está llena de rincones!.
Esperamos que este post sea de gran ayuda para futuros viajeros. Si tienes cualquier duda u opinión, no dudes en escribirnos un comentario o correo, y recuerda que puedes seguirnos la pista a través de Facebook aquí, o el resto de RRSS que aparecen en los banners. ¡Gracias por leer y hasta la próxima!
Photos by Wander on World
Hola!
Me ha gustado mucho su tour por el kremlin al búnker. Hoy llegamos a Moscú y estaremos una semana. Sin duda su post ha sido de mucha ayuda y las fotos increíble, felicidades por las tomas.
¡Hola Gustavo! Muchas gracias por tus palabras y por confiar en Wander 🙂
¡Disfrutad del viaje!