Visita a Volendam desde Ámsterdam

Ámsterdam está rodeada por auténticos pueblos holandeses, diferentes a la capital y con mucho encanto. Un claro ejemplo es Volendam, un pequeño pueblo pesquero al norte del país, que salvo visita exprés a la ciudad, no puedes perderte. Es toda una vía de escape, no hay tranvía, ni bicis locas, sólo muelles, casas de cuento y paz.

¿POR QUÉ IR A VOLENDAM?

A parte de lo obvio, que es su especial encanto y escenas de postal, elegimos Volendam pues apenas contábamos con un par de horas antes del anochecer, de modo que otros pueblos como Utrecht, que también estaba en nuestra lista, nos pillaban demasiado lejos. Volendam sin embargo está a tiro de piedra, a apenas 20 kilómetros al noreste de Ámsterdam y accesible con transporte público. Hay también excursiones que incluyen en la visita a Voledam, Edam y Zaanse Schans, puedes preguntar por ellas en el Centro de Información Turística que hay frente a la Estación Central de Ámsterdam.

¿CÓMO LLEGAR A VOLENDAM DESDE ÁMSTERDAM?

En nuestro caso, elegimos la opción de autobús público. Los buses parten de la Estación Central, en los andenes que hay en la parte trasera (has de atravesar toda la estación y subir las escaleras del fondo) y tienes que tomar el autobús 312 ó 316, ambos llevan a Volendam. El precio del billete es de 10€ i/v, y se compra en el propio autobús. Tardamos unos 25 minutos en llegar, para que calcules cual es tu parada, aunque aún así no está de más que hagas saber al conductor tu destino, y él te avisará sin problema de cuando has de bajarte. En cuanto a los horarios del autobús, son muy amplios, pues circulan desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche y con bastante frecuencia.

De camino hacia Volendam fue inviable parar por lo tarde que era, pero hay fábricas de quesos y zuecos y puedes entrar gratuitamente para ver el proceso o probar alguno de sus productos. Desde el autobús, eso si, pudimos fotografiar un molino de viento, esta vez si que era de los bonitos :).

¿MERECE LA PENA LA VISITA A ÁMSTERDAM?

A nosotros ya no nos dio tiempo, pero el combinado más popular es Volendam + Marken, una pequeña isla situada justo frente a Volendam y unida a tierra por un estrecho atolón construido hace años. Si ves alguna foto del pueblo, sentirás que Marken es un cuento de hadas, casitas de muñecas, calles empedradas, jardines con flores, habitantes paseando en sus bicis, pequeños muelles y todo rodeado por agua. Un estilo parecido a Volendam pero que seguro que completa la visita, nosotros ya lo hemos apuntado para la próxima ;).

Para llegar a Marken, se coge un barco que zarpa del muelle de Voldendam, justo aquí. Los últimos barcos salen a las 15:00, 16:30 ó 18:30 en función de la temporada, lo mejor es consultar los horarios en su web. El precio del billete es de 9.95€ i/v y puedes evitar colas y ahorrar tiempo comprando los tickets aquí, te los envían al correo, los imprimes y los presentas en el barco.

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¿QUÉ VER EN VOLENDAM?

Esta vez no hay lista de imprescindibles, simplemente hay que pasear por el pueblo, observar sus casas clonadas, empaparse de la tranquilidad que se respira en sus calles, curiosear en alguna tienda y llegar hasta el muelle.

Nos llamó la atención que ninguna casa tiene persianas o cortinas, y si las tienen no las usan. Mientras paseábamos por los canales, pudimos ver prácticamente todos los salones de las casas, sus muebles, sus televisiones y hasta lo que estaban viendo mientras cenaban sus dueños. Su población ronda los 20000 habitantes, así que tiene toda la pinta de ser un pueblo muy muy seguro.

En cuanto bajamos del autobús, y justo frente a la estación, vimos un canal principal que atraviesa el pueblo, y siguiendo el mismo, llegamos a la zona portuaria, no tiene pérdida. Aunque gran parte de los ingresos de Volendam provienen del turismo, la pesca es su otro sector y verás el puerto lleno de barcos, algunos muy antiguos y otros hasta convertidos en pubs. Son muy típicos en el pueblo los trajes regionales y es por ello que algunas tiendas ofrecen a los viajeros la posibilidad de vestirse con ellos y hacerse una foto, hay varias tiendas de este estilo en el paseo del puerto.

El pueblo en sí tiene mucho encanto, pero esta zona es aún más bonita, los cableados están adornados con bombillas de colores, los puestos callejeros de creps y gofres parecen camerinos de artistas y, en nuestro caso y por la hora, todo estaba teñido de un color azul que lo hacía aun más chulo.

Puerto de Volendam, a orillas del lago IJssel. Photo by Diego García.

Merece la pena dar un paseo por los muelles y diques de contención, desde allí se ve el paseo mucho mejor, repleto de restaurantes, cafeterías, pubs y tiendas, que se reflejan en el lago Ijssel. El frío empezaba a ser importante, pero en ese momento nos imaginamos la estampa en un atardecer de verano, y sentarse en uno de esos bancos tenía que ser una pasada. Verás la figura blanca de una virgen, que custodia el puerto, e imaginamos, vela por los marineros.

Muelle del puerto de Volendam. Al fondo, la isla de Marken. Photo by Diego García.

Y tras una taza de chocolate caliente a orillas del IJssel, deshicimos el camino de vuelta a la parada de autobús, y caímos rendidos en sus asientos. Rendidos, pero contentos, pues Volendam nos había encantado :).

Esperamos que este post sea de gran ayuda para futuros viajeros. Si tienes cualquier duda u opinión, no dudes en escribirnos un comentario o correo, y recuerda que puedes seguirnos la pista a través de Facebook aquí, o el resto de RRSS que aparecen en los banners. ¡Gracias por leernos y hasta la próxima!

Photos by Wander on World