¿Y qué pasa si llueve en Kyoto? Pues que podrás ir a Fushimi Inari y disfrutarlo entero para ti. Tranquilidad, paz y ausencia total de turistas. Este santuario sintoísta es de los más conocidos de Japón, sus ramificaciones se extienden por las laderas del Inari-yama y ha sido escenario de la famosa película Memorias de una geisha. Toda una joya.
Para llegar a Fushimi Inari-taisha, lo mejor es coger el tren de la línea Nara de JR en la estación de Kyoto y bajar en la parada Inari, a apenas 10 minutos. Una vez sales de la estación, el santuario está justo al otro lado de la carretera. La entrada al complejo es gratis y está abierto las 24 horas del día, lo que nos vino muy bien para completar la tarde pues todos los templos y santuarios cerraban a las 17:00-17:30 y a esas horas aun queda día por delante.
Respecto a Fushimi Inari, todo lo que se intente explicar con palabras es poco. Es el sitio que más nos gustó de Kyoto, a pesar de la lluvia y el cielo gris que ya empezaba a ser más bien negro. Los dos toriis en la entrada dando paso a la grandiosa puerta de dos pisos, los zorros de piedra mordiendo la llave para el granero o el color rojo bermellón, llamaron nuestra atención.
Pasada la puerta y el recinto principal, comienzan los famosos senderos de miles de toriis rojos alineados unos tras otros con apenas un par de centímetros de separación. Se extienden durante 4 km por las laderas de Inari-yama y son un auténtico laberinto, original, divertido y como poco, diferente. Este lugar apareció en una escena muy conocida de la película Memorias de una geisha, donde la protagonista siendo pequeña corre atravesando los toriis.
No teníamos apenas luz para recorrer los senderos y llegar hasta la cumbre, donde las vistas deben merecer la pena, así que decidimos volver y dar por terminada la visita, más que satisfechos. Cuando regresamos, ya había anochecido y la iluminación de la puerta y alrededores parecía totalmente diferente. No podía ser más bonito…
Con un montón de fotos en la cámara e imágenes en la memoria para el recuerdo, volvimos a la parada de tren Inari y regresamos a Kyoto. Ya en la estación y distraídos mientras salíamos buscando en la guía un sitio chulo para cenar, levantamos la vista y voilà: la torre de Kyoto iluminada, ¡cómo cambia con la noche!
Y ya sabes, si te toca lluvia, ¡no hay mal que por bien no venga!
Esperamos que este post sea de gran ayuda para futuros viajeros. Si tienes cualquier duda u opinión, no dudes en escribirnos un comentario o correo, y recuerda que puedes seguirnos la pista a través de Facebook aquí, o el resto de RRSS que aparecen en los banners. ¡Gracias por leer y hasta la próxima!
Photos by Wander on World