ESTRASBURGO: UN VIAJE AL CORAZÓN DE EUROPA

¿Te has planteado hacer una escapada de finde a Estrasburgo? Nosotros hasta ahora no, pero después de esta pequeña investigación, puede que lo hagamos ;). ¿Te vienes?

Nos pasa a menudo que cuando estamos pensando en hacer un viaje, nos decantamos por destinos “exóticos”. Ya que tienes la oportunidad, es normal querer explorar culturas completamente distintas a la nuestra y descubrir las similitudes y diferencias de lo que se encuentra a miles de kilómetros de distancia de nuestro hogar. El problema es que a veces pasamos por alto opciones que están a la vuelta de la esquina, como quien dice, pero que pueden ser muy interesantes.

Es el caso de la ciudad de Estrasburgo. Si coges una chincheta y la pones en medio del mapa de la vieja Europa, seguramente que lo que pinches sea Estrasburgo. Se trata de una ciudad francesa que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera con Alemania, y que está justo en medio de una línea recta imaginaria que une los Países Bajos con Bélgica, Luxemburgo, Suiza e Italia. Esta situación hace que esta pequeña ciudad centroeuropea haya sido clave a lo largo de muchos siglos de historia. Es un destino cargado de historia, cultura y un entorno natural que parece sacado de un cuento de los hermanos Grimm.

 

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Quai des Bateliers. Foto de Stephane Martin/Wikimedia // CC BY-SA 2.0

Es muy posible que el nombre de la ciudad te suene por el Tribunal de Estrasburgo, y no es extraño que te suene porque esta institución es importantísima, puesto que es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Pero ten en cuenta que los eurodiputados no han ido a elegir cualquier sitio como centro de operaciones. Estrasburgo fue la primera ciudad francesa en ser declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, ya en 1988.

Este reconocimiento se debe a muchos motivos. Pese a que su localización estratégica ha hecho que la ciudad tuviese que sufrir muchos conflictos bélicos, su patrimonio está muy bien conservado. Tantas batallas han hecho de Estrasburgo una ciudad abierta que se suele poner como ejemplo de buena convivencia y del valor de la cultura.

Estrasburgo es una ciudad de tamaño medio, más bien pequeña, en la que es muy fácil moverse (su transporte público incluye uno de los mejores tranvías urbanos de Europa) y donde, pese a ser un lugar donde se toman importantísimas decisiones políticas y financieras, el ritmo es pausado y la vida está hecha para disfrutarla.

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La Petite France. Foto de Sergey Ashmarin/Wikimedia // CC BY-SA 3.0

Ciudad histórica y llena de historias. Estrasburgo tiene todos los escenarios que un buen cuento debe tener. En el pintoresco barrio de La Petite France encontrarás casas del siglo XVI y XVII a la orilla del río. Completamente distinta es la Plaza de la República, que recoge los imponentes edificios y monumentos de la época alemana, entre finales del siglo XIX y principios del XX. La catedral gótica de Notre Dame es una de las mayores joyas de la arquitectura europea, y se encuentra en el corazón de la Grande Île, la parte histórica de la ciudad.

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Foto de /Max Pixel // Dominio Público

La mezcla entre la cultura gala y la germánica, hace que en Estrasburgo puedas disfrutar de un gran número de pequeños restaurantes, tiendas y callejuelas, y al mismo tiempo admirar grandes avenidas y construcciones, como el puente-fortaleza Barrage Vauban que cuenta con una galería de arte en su interior y desde el que tienes unas vistas estupendas.

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Vista desde el Barrage Vauban. Foto de Elizaveta Butryn/Wikimedia // CC BY-SA 4.0

La situación geográfica de Estrasburgo es privilegiada. La ciudad es la capital de la Alsacia, una de las zonas más bellas de Francia. Además de montaña y aire puro, te encontrarás con un gran número de pequeños pueblos donde te olvidarás del mundo. Esta región es muy conocida por su excelente gastronomía y, sobre todo, por su gran tradición de vinos.

Estrasburgo es un cruce de caminos, el corazón de Europa, y a través de sus arterias llegarás a otros destinos fantásticos. A tan sólo una hora en tren o coche, tienes la ciudad balneario de Baden-Baden, muy conocida por disponer de uno de los casinos más relevantes de la Historia, seguramente sólo superado por el de Mónaco. París se encuentra a dos horas de tren, y la Selva Negra –conocida como el “pulmón de Europa”- está a algo menos de dos horas. Así que tanto si quieres una escapada urbana como si prefieres dejarte abrazar por la madre Naturaleza, Estrasburgo es un lugar perfecto desde el que desplazarse.

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Selva Negra. Foto /Pxhere // Dominio Público

Si no quieres moverte, desde luego que en Estrasburgo tampoco te faltarán cosas que hacer. Además de sus atractivos turísticos, hay un gran número de actividades culturales para completar tu agenda.

Su mercado de Navidad es uno de los más populares de Europa, y también se encuentra entre los destinos románticos europeos más destacados. Buena prueba de ello es que en Estrasburgo San Valentín dura diez días ;). Es un destino que enamora el cuerpo y la mente.

Esperamos que esta pequeña introducción a la ciudad de Estrasburgo te haya enamorado un poquito y que, por lo menos, te haya dado ganas de visitar uno de los centros históricos y culturales más importantes de Europa. A nosotros desde luego que sí, ¡ya estamos deseando ir!

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